CHILES SECOS Y EN POLVO

CHILES SECOS Y EN POLVO

Entre los chiles secos y en polvo más populares están el chile pasilla, el chile guajillo, el chile morita, el chile de árbol y el chile mulato. Todos sirven para darle un toque muy especial a la comida.

Recuerdo muy bien una cazuela enorme, “la cazuela de los chiles”, que guardaba mi mamá en uno de los gabinetes de la cocina. Esa cazuela contenía siempre un botín de chiles secos que venían en todos los colores, formas y sabores imaginables. A esos chiles mi mamá recurría muy frecuentemente, sobre todo cuando buscaba ponerle un toquecito especial a los platillos, por sencillos que fueran. Uno de los más socorridos era el chipotle seco que siempre ponía en el caldo de su deliciosa sopa de tortilla. Y es que, si bien el chipotle seco le da un sabor picosito a la comida, no te deja ardiendo la boca y al menos en mi casa lo comíamos desde muy pequeños.

En la actualidad, cocino muchísimo con chiles secos, sobre todo con pasilla o guajillo, que afortunadamente encuentro en casi todos los supermercados y bodegas de Nueva York. ¡Y es que es lo más fácil del mundo! Aunque hay mucha gente que prefiere asar los chiles secos, a mí me gusta ablandarlos en agua hirviendo con ajo, cebolla y sal para después colar la mezcla que es una delicia para bañar pollos, pescados o bistecs.

¿Otro secreto? Uso una mezcla de agua con chile morita en la salsa de tomate con la que preparo sopa de hongos. Créeme: es un pequeño paso adicional en la preparación, pero un gigantesco salto en el sabor.

FUENTE: LAURA MARTINEZ

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